Restaurada la educación entre 1860 y 1870 la población era de al menos 300,000 habitantes de los cuales 1,668 eran estudiantes para el año 1867. 1,321 estudiantes era del nivel primario, 721 del sector público y 600 del privado; 273 pertenecían a al nivel medio y 74 al superior. Antes de 1916, en el país, se destacaron varios ilustres que aportaron entre otras cosas a la educación como la creación de recintos para la docencia, bibliotecas, y sobre todo trataron de conservar el espíritu Duartiano y la intención de superación.
Un ejemplo de esto es la labor de Salomé Ureña, discípula del ilustre maestro Eugenio María de Hostos. Salomé Ureña creó el Instituto de Señoritas, del cual surgieron numerosos maestros que siguieron el círculo de la enseñanza. Con la llegada de Eugenio María de Hostos en las décadas de 1870 desde Puerto Rico, en el país surgió un nuevo estilo de educación. Hostos creó Las Escuelas Normales, con el propósito de producir maestros con una formación laica. Con todos los aportes que brindó Eugenio María de Hostos, la educación Dominicana, mejoró en muchas áreas, y es que a Hostos se la considera como el educador más significativo desde la proclamación de la República hasta sus días. Eugenio María de Hostos murió en Santo Domingo en el año 1903. Hemos querido finalizar diciéndoles que la educación Dominicana ha sido una organización que ha dependido de la características de los gobiernos, y por tal razón es que mediante la historia y los cambios de jerarquía es que se ha forjado lo que hoy conocemos como El Sistema Educativo Dominicano, el cual en la actualidad enfrenta y confronta numerosos problemas, pero aún así conserva una visión de avance y superación.
La segunda república comprende los años 1865-1916, año este último en que se produce la primera ocupación militar norteamericana.
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